jueves, mayo 04, 2006

Maravilla








nada más las piedras grises cortejan el camino largo
un estrecho espacio entre el absurdo y la risa
pasos cortos y comedidos
una fogata de frituras al costado
las veraneras contagian su orgasmo púrpura a los tristes que pasan buscando ojos
un pájaro muerto/ muerto como mis lágrimas
¡Toda la vigilia sobre mis impotentes muslos!
el abanico agita el aire cansado de girar entre los vestidos negros de los mitómanos
la chica de cabello corto disfruta ver sus manos mezcladas con cáscaras de toronja
“Ya no tengo miedo de morir en la oscuridad”, se dijo.

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