lunes, abril 03, 2006

Visita












El día amaneció entre metáforas de bestias
entre la ambivalencia del despertar o el quedarnos dormidos
la línea del agua fue bajando su nivel junto a las horas
el silencio es mejor que la algarabía externa
tiempo atravesando el día
batalla de calores y cuerpos transformándose
cada número es imprescindible
y las palabras –como embriones de fuego- acuden evitando prejuicios y lejanas tristezas
la verdad- nadie ha dicho que puede penetrarse- es un viaje sicotrópico de estados mentales
bailes atravesando el día
disfraces
plumas de viejas avestruces
posibilidades

Perros
colándose bajo la mesa en la que devoramos nuestras singulares y humanas desdichas
tus ojos atravesando el día
la esperanza es mi esperada compañera
la sonrisa no necesita tener un nombre propio, todavía
tu sangre atravesando el día
la saliva ataviando este ensayo primitivo

Olor ácido y aciago


De pronto tengo definitivamente
un olor tuyo
un olor ácido y aciago
que no pertenece a otro sitio

De pronto
el tiempo es una burbuja detenida
una escaramuza de palabras
y salitre

De pronto soy la anónima discontinua
la visitante trémula

De pronto somos dos desconocidos
que entre las murallas
-azorados-
amamos la belleza abismal
la levedad del mínimo momento

Luego
besamos los estertores
agitamos los cabellos
gemimos

De pronto
llega ese olor tuyo
guardado en la roca
tostado, benévolo, extraño, joven
y la distancia ríe al mar
como los faros a tus barcos
la piel se eriza
la visión espumosa
la boca suelta con jugos
no hay instantes repetidos
ni viejos reproches
ni detalles

La luna creció al oleaje
como el deseo a las entrañas

No soy nada permanente
pero me quedo dormida
-definitivamente-
en ese olor tuyo
ácido y aciago
que no pertenece a otro sitio