lunes, marzo 31, 2008

la voz


tu voz es a tu cuerpo erguido sobre el mundo

como la cavernosidad a las grutas

como el sonido de los zapatos de mi madre

en la casa de infancia

cuando yo era feliz


su timbre todavía tintinea en mi risa


pocas voces son así, tan profundas

dicen sin tener que mencionar

te pasan la mano en la frente

antes de dormir


por más que me esfuerce en comprender

al final de los muertos no habré entendido nada

todas las palabras de amor son sucias

¿quién ensucia el amor cuando las aristas del espíritu son las espinas?


(la rosa es así, no puede vivir sin biombos

se sienta a esperar el correo postal, en su valle volcánico)


y esa voz

incorpórea y silente

puerta que golpea sus bordes al tacto del viento

me muestra el meridiano en el que habito

desde la última de nuestras despedidas

punto equidistante entre perdernos

o volver a rozar los pies bajo las sábanas


hoy,

me dice la voz

prefiere el libre albedrío a la fortuna

no tomes cerveza

confía en que nosotros escribimos la tinta que se queda

porque no todo depende del color de la camisa


cree ciegamente en las personas y las personas te incluyen


el saxofonista del callejón posee su propio dictado

¿quién nos dicta diariamente la esquina?


la pareja al final de la calle Gante se besa

para recordarme que yo ya no vivo entre tus brazos

ni en tu voz que es a tu cuerpo

henchido sobre el mundo

como la cavernosidad a las grutas


miro las antenas de los muros

y el cielo que se cuela entre toneladas de concreto


nuestros dolores

son inservibles al espacio que surca

los edificios


quiero todas las ventanas

de este

mi barrio favorito

tengo tu paraguas

no llamaste

no te gustan mis zapatos

hoy recibí un volante de cómo hacer para llegar a dios

tengo mis peces a punto de invadir a Platón

tengo tu voz sobre mi mundo

por eso

la cama es un dictado


es domingo


pocas voces son así, tan profundas


como el sonido de los zapatos de mi madre

en la casa de infancia

cuando yo era feliz.

1 comentario:

Emiliano Álvarez dijo...

Wow, Lauri... Me encanta como estás escribiendo.