domingo, octubre 26, 2008

Pieza ontológica para azucarar el café


No hay preguntas suficientes que me alcancen

en plena madrugada digo:‘no quiero estar aquí”

pero luego se teje el día y el ron se cuece sobre la mesa

como el olvido

y explota el polvo y la luz de nuevo

y uno se sube al camino

se lava el cuerpo con cariño

se cubre la vergüenza de la piel desnuda

y sale a la calle

enfrenta las trampas del pensamiento libre

las dolencias que quedaron en la frente

por tantas pesadillas

se sumerge en el mar de hombres y mujeres apretados en un vagón

y dice sí, por fin, ‘soy yo de nuevo’

no ese monstruo amoral que navega telarañas oníricas ó

esa niña sintiendo la estocada final por la diferente orfebrería

el hombre y la mujer entonces

son el génesis

fuera del colchón y las sábanas cuando rozan a los otros

cada vez más diferentes

y se ven a sí mismos rodeados de árboles avenidas

gris concreto enunciaciones tiquetes de metro

cicatrices mendigos y plazas

igual llorarán las pesadillas

o por no encontrar la página del libro

.

yo no me encuentro. no sé lo que sigue

.

no todo será tan fácil

.

habrá fantasmas nihilistas que entre los arbustos les griten:

‘¡nada es suficiente, nada!’

‘¡no vale la pena, nada!’

pero el hombre y la mujer primeros

harán juntos la resistencia

el beso de la mariposa blanca

el amor fraterno entre hermanos

.

optimistas

.

llenarán un bote de pleonasmos

espantarán lo que queda de la noche desesperada

se tomarán un café en el mismo lugar de siempre

y dirán

‘la vida es una lenteja, vos y yo valemos la pena’.

1 comentario:

Nelo dijo...

de tu libro??