sábado, noviembre 22, 2008

pequeños insectos


el silencio se impone cuando el olvido improvisa sus pasos lentos para colarse en la noche
las risas vienen del piso de abajo
el increpar del hígado
.
jactanciosa violenta de viejas fracturas
incoherente natural entre los fonemas
.
hace tiempo me perdí
y no me encuentro
.
hay un mundo minúsculo que descubrí en el desierto
pequeños seres que viven entre las espinas a fuerza de poca agua
escalando las temperaturas extremas de la Tierra
subrayan que el ego es algo propio de los hombres
.
el viento tiene algo de subrepticio
un acomodar de azares que voltea los molinos
.
veleidosa es una palabra exagerada en sublimación
.

de pequeña

comía muchos tréboles

para ver si me daba la suerte una llave vitalicia
.
la tengo sobre la mesa
me salva todo el tiempo
.
en aquel paisaje remoto de insectos
creció mi infancia despeinada
entre sompopos de mayo
lunas llenas que coleccioné desde el jardín
grillos que nunca miré en persona
.
sospeché de la discreción de sus cortos pasos
.
las hormigas siempre llegan de noche
llevándose en sus pies las explosiones del pasto
hablando el lenguaje silente al que convoco
para soportar el vértigo sobre los puentes peatonales
el tedio de algunas horas
la ausencia recurrente de tus ojos
.
los pequeños insectos hacen túneles
fabrican a pausas las grandes dunas
son ellos la doble metáfora de tantos oídos sordos a la caída del agua
son un poco porque sí la esencia contenida del vacío
.
hay un hueco hondo debajo de nosotros
por eso siempre tenemos miedo y salimos a la calle
temblorosos
como refugiados patéticos de nuestras rutinas gloriosas
.
hoy maté una araña
el resto del día me dediqué a escuchar la escritura automática de mi metabolismo
.
tengo ansias incoherentes de decir con la palabra lo indecible
lo imposible por impropio
lo que no cabe en el llanto
.
encender el recuerdo proso mítico de Claudia
quien en su cumpleaños número diez
recibió un bote de luciérnagas
que al agitarse inventaron una lluvia de luz sobre su propia poesía
.
luego de esa historia me volví un lugar común
.
la salamandra que ardió en las brasas contenía en la sombra de su cicatriz
toda la convulsa destinación del oficio esquizofrénico de la escritura
.
quién soy yo para juzgar a los rastreros bichos innombrables
quién soy yo para decir que no tengo voluntad de abandonar el pie que me oprime contra el piso en tan reiteradas ocasiones
.
por favor
dejá de asesinar el mundo minúsculo que encontré en el desierto
o me vengaré
sembrando frijoles mágicos en toda tu tierra para que tengas que treparte en las enredaderas y visitar a todos los gigantes egoístas de los cuentos
.
voy a dormir debajo de un árbol rojo
en medio de un paréntesis a mis invocaciones
desayunaré con abejas que tendrán el sol tatuado en la sombra
recogeré las migajas y soportaré sobre mis hombros el ruido de los laberintos
.
estoy llamándome a mi misma para que no se me olvide el número
.
tengo asco y desazón y una pluma bastante desordenada a la que saco filo con un montón de piedras
.
tengo un montón de anécdotas que contar
dame paciencia
.
paisaje sinuoso debajo de mis pies
vida microscópica de redondas arenas
llamada tardía de la niña que soy a ciegas:
encendé el camino que debo seguirte entre los ladrillos
márcale el ritmo a mis tambaleantes pasos
sálvame de mí que siempre es lo más difícil
devuélvele a mi mirada el absoluto optimismo
.
universo minúsculo, daguerrotipo:
.
préndele el sol a todas las luciérnagas
para que no se ahoguen en los líquidos oscuros
de un dolor repetido.

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