viernes, diciembre 05, 2008

Último aliento quejumbroso de un hombre mayor a su malamada

“Y como ya todo es inútil

como los candados del infinito crujen en goznes mohosos…”

Pablo de Roca

Y como ya todo es inútil

como la gloria de mis huestes ya tan solo son la cicatriz de la espada sostenida por unas manos pecosas

porque soy el óxido de mis huesos

pienso destruir todo resabio de esa mirada femenina que prefirió aplastarme en su maledicencia que guardar mi cuerpo lleno de escombros

y como ya todo es inútil

como los volcanes tragaron su amargura de siglos

y las bestias vagan como sombras sobre la Tierra

y las aves de rapiña rondan la carne habitual de los mediocres

he decidido sentarme y llorar

ver el atardecer derruirse entre cristales rotos y apretar todas las cáscaras que dejó su risa para su vago recuerdo de hotel de paso

para su voz desnuda y sórdida

como ella y yo

siempre tan inservibles

tan niños

tan viejos

tan insanos

.

Y como ya todo es inútil

desharé mis dedos sucios entres sus cojines gastados

y en esta tarde explotada y tenue de luz maldeciré el día que la vi llenar con su rostro mi conciencia

tan clara que la sentí en mis pesadillas acercarse como se acerca un animal a hincar sus uñas en mi sangre para no dejarme vivo

porque ahora tan solo soy mis restos heridos

mi esqueleto hediondo

su tenue risa insaciable y repetida

.

en la vergonzosa compasión

por mis últimos días.

4 comentarios:

Dylan Forrester dijo...

Un último gemido a manera de catarsis liberando los crudos estertores de la pasión.

Salud!

Sor Juanais dijo...

qué poemazo!

Sor Juanais dijo...

volví a leer este poema. lo amo. lo amo. lo amo.
es mi poema favorito escrito por vos.
es enorme.
me pasma.

Emiliano Álvarez dijo...

Wow, lauri. Anaïs me dijo que TENÍA que leer este poema. Y es que te la volaste toda. Y digo toda.

Es impresionante, poeta.

Un besote.