lunes, marzo 16, 2009

La urna 001


Eran las seis de la tarde del 15 de marzo de 2009. El centro de la votación de la Feria Internacional había cerrado sus puertas una hora antes, y los representantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda) y la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA, derecha) empezaban a contar votos.

Una elección histórica para el país. Por primera vez, luego de veinte años consecutivos de gobiernos de ARENA; la izquierda, con su candidato Mauricio Funes, tenía claras posibilidades de ganar.

El presidente de la Junta Receptora de Votos 001 de ese centro de votación empezó a contar en voz alta las papeletas. Los nervios pusieron el clima tenso como un elástico y las respiraciones se escuchaban de fondo, resoplando. Frente, frente, Arena, Arena, frente, Arena, frente, frente, frente, frente, Arena, Arena, Arena. La distancia era muy poca. La representante de ARENA, una señora de lentes que lucía muy nerviosa, comenzó a tratar de declarar como válido un voto que claramente era nulo y que ostentaba la cruz de crayón en la parte exterior de ambas banderas pero cerca de la de su partido.

Entonces, el presidente de la JRV, empezó a decir con voz pausada y salomónica. “Toda la jornada hemos estado bien, terminemos de contar los votos y luego discutimos esto con madurez política y ciñéndonos únicamente al Código Electoral. Sabemos que a todos nos han mandado a pelear voto por voto, pero tenemos que ser maduros”.

La representante de ARENA asintió y el conteo terminó tranquilamente y en paz. Resultado final en esa urna, ARENA 165 votos y el frente 183. Elección no apta para personas que sufren problemas cardíacos ante los sobresaltos de la vida cotidiana. En el recuento dentro de la Feria a cada urna que iba cerrando se le sobrevenían los gritos de los militantes de ambos partidos, en una sucesión bastante reñida. “¡Un paso al frente por el frente!” o “¡Patria sí, comunismo no!”.

La madurez mostrada en la urna 001, era reconocida más tarde y en el mismo centro de votación, por las declaraciones del Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), Oscar Luna: “las anomalías son casos aislados, eso es lo importante, no fue la generalidad”.

Agregó: “Estas elecciones son históricas, se dieron en un ambiente de tranquilidad, normales, porque no hubo la violencia que mucha gente pensó que podía existir. Tengo fe en los partidos políticos, que ellos deben de comprender que de por sí ya ganaron, desde el momento en que la población les dio el respaldo. Pero quien gana realmente es el pueblo salvadoreño”.

Luego de años de polarización política y una guerra civil, un evidente respeto entre contrincantes y deseos de concertación se vieron reflejado hasta el punto de ser el eje del discurso del nuevo presidente electo: Mauricio Funes.

“Lo he dicho y lo repito, mi gobierno estará animado por el espíritu de la unidad nacional. La construcción de la unidad nacional exige dejar de lado ya, en este mismo instante, la confrontación y el revanchismo”, dijo.

Anunció que respetará a la oposición y que colaborará con el presidente actual, Antonio Saca, para llevar a buen fin la transición de gobierno. ARENA por su parte, reconoció la derrota y no intentó impugnar el claro resultado: 1,349,142 votos contra 1,280,995 con un total de 99,38 por ciento de actas escrutadas.

La diferencia fue poca. Nada significativo para no reconocer que el país está dividido en dos bandos, por lo que los actores han reconocido la urgencia del diálogo.

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