domingo, abril 26, 2009

te recordé en una ciudad con puentes
puentes erguidos de barcas a cuatro pies
mientras te guardabas esquivo en tu lenguaje inmóvil de estructuras
.
si ahora te escribo, desvelada
hechos garfios los anhelos
intentado hacer del largo aliento una forma de comunicación
es porque no voy a rendirme ante las hojas del tiempo
inclemente e inmóvil como tus ojos atravesando la mesa que compartimos
en noches enervadas de alcohol
.
tu voz hace preguntas a deshoras
contradice al verbo en el segundo siguiente
ruega mis decires infieles para romperte al venir
en la incoherencia de cigotos que aún no llegan
.
yo
que soy un jarrón astillado por los inviernos polares
por el rugir de un trasatlántico
continúo devota a tu carne y a tu centro
.
he perdido las palabras desde antes que las simientes
he roto las promesas que me hice en oscuras madrugadas de silencio
para no seguir tu paso de huellas ignotas abandonando el lecho
.
esta vida es un sin fin de ventanas abiertas con todo y sus bordes
una colección de registros marítimos
resplandor suave deslizándose entre las manecillas del reloj
esperanza hecha pañuelo o globo de papel
.
a mis pies mojados hay un abismo esperando verme caer
filo hinchado de tanto contarme los días
dramatismo recurrente para inventarme una fuga
un cajón de crayones para pintar el paisaje de horas que lleno si no estás
inventándote fantasmas mediocres que no alcanzan
la profundidad de tus ojos cuando me miran ciclónicos
rabiosos de ternura
huidizos de los puentes que dibujo, para que mis recuerdos no sean huérfanos de tu memoria
.
la tragedia que llena el mundo
es suficiente
por eso
no te asignes la tarea de complicar los asuntos terrestres
cuela el agua de una playa entera y dámela a beber
recoge las conchas de una isla desierta y hazme un collar
para darle golpes a la luna borrosa que quedó sorda
desde que no duermes conmigo
.
la sangre se ha ido derramando
mientras tanto
.
invoquemos a la lluvia en papelitos de celofán
tengo ganas de escribir una historia que no termine en despedida
estoy cuestionando los husos horarios
el tejido de la rueca
el destino
las cartas están boca abajo porque creo firmemente en la voluntad de los hombres
sin géneros, o viajes de pronóstico y altavoz
.
consternación, escúchame
amado, mírame y guárdame:
la tristeza es el único asesino
.
te pido que no te vayas a hurtadillas
que un día de tantos cuelgues tu ropa en mi cuarto
que el sigilo sea nada más un nombre o el lenguaje utópico de las cigarras
que no te de por llenar de ruidos el motor de la partida
.
déjate en mí como siempre lo has hecho sin adjetivos ni adverbios
porque nuestra piel está imantada desde hace ya varias lunas de piñatas
coloréame los números
cuéntame las canicas
desentierra al mago que nos vio desnudos por primera vez
y dile al oído que por favor nos perdone
el abandono y el crimen
la resistencia y la terquedad
.
de mi halo pesimista, me aparto, para repetir que somos únicos en la comunión
a pesar de las hienas y los puentes rotos
caracol, cárgame
Poseidón, condéname los mares
que soy el ahogo invocado por mí desde dentro
.
Primer Motor Inmóvil:
si la muerte es el fin de la incertidumbre
mátanos de una vez
pero no nos rompas de nuevo este encanto de camellos y alfombras
.
voces susurrantes que destruyen la oscuridad y el vapor de risas
hagan eternos mis dedos metidos en su pelo
hasta secarme entera y quedarme moribunda sobre esqueletos de ballena
.
el agua que está humeando en la coladera
es el dolor negro de los perros
.
estos versos y estas sombras han terminado
por ahora
solo me resta del último aliento
el ruego grito clandestino
para que el fin del amor
nunca sea
la salida

(La tristeza es el único asesino)

1 comentario:

Sor Juanais dijo...

puf! devastada!