martes, julio 14, 2009

dos sudores


llueve el cielo las entrañas de su organismo


llueven virotas de humo
la verdad es que el cielo está lloviendo su organismo en cataratas de gotas salvajes
sobre el advenedizo escurrir del pensamiento

las camas están vacías
y las gotas de sudor que nuestros cuerpos dejaron en tus sábanas rojas
son un fetiche visual para esta composición húmeda y agnóstica

no creo en nada
más bien
creo en muchas cosas imprecisas
difíciles de explicar
como en esta repentina alusión a tu carne y a tus formas
como en tus brazos que aún no reconozco pero he mordido con frenesí
morenas masas circulares, permanecerán en la historia de las extremidades lúbricas

no soy una sola
lo notas
soy un paralelepípedo de voces y añoranzas
que se deshace en posición horizontal para encontrar un sentido que de orden a las cosas

el orden del mundo no existe

y tú
enciendes las velas y empiezas a chorrearme,
como la lluvia tropical a la que hago alusión,
dices muchas cosas que me molestan,
la mayoría,
pero sé que la casualidad no se teje gratuita
y debo aprender de tu porte de animal feroz

maratónico colchón de luces encendidas,
el tuyo
cotidiana ensoñación, la mía
al escucharte haciéndome el desayuno
como si lo mereciese
como si no fuera una hiena que durmió contigo

no soy una sola
lo notas
y en ese meridiano, yo ya no puedo sudar
tengo que volver a la lluvia y a la casa
para recuperar la capacidad de deshacerme en gotas
y reconstruir contigo la desesperación inicial

sin embargo, de mí
te persistirán mis gemidos dulces al oído
porque yo también soy una niña, como tú
porque yo también tengo miedo a veces y no soy una hiena sino un dragón de cortas alas que murmulla plegarias para que toda esta maraña desordenada de sucesos encuentre por fin su camino natural

porque ha sido demasiado el tiempo transcurrido
los rayos quebrando el asfalto
el desorden existencial

los truenos son el temor del universo

mas tú no temas
aquí, se te recuerda
se te añora
en la masa informe del pensamiento

y llueve el cielo, atormentado,
las entrañas de su organismo.

la lluvia, los buitres, la gente y la selva verde

la selva frondosa cubre el camino serpenteante
todo texto es una enumeración
un agujero descriptivo
no obstante, no se pueden romper los abismos con solo destruir sus vocales
el color verde de la selva sureña marca el retorno repetido
aunque no necesariamente anhelado

nadie sabe cuál es su lugar en el mundo

mucho menos yo

los buitres se asoman al filo de los barrancos verdes y empinados

la lluvia es la luz curvilínea de una larga espera

el peso del tiempo es angustiante

las palabras se multiplican frondosas queriendo construir una urdimbre suficiente veloz para abrazarte en clave
(y sudar)

antes de venir revisé mis cajones
¿cuánto espacio es necesario para contener el pasado?
al regresar a casa me topé con todos los resquicios del polvo
me desnudé de la idea que debía tener a estas alturas de mí

necesito que el volumen de los graznidos de los pájaros sea mayor para así sentir que soy adulta, que no todo fue inútil

la gente me parece cada vez más extraña
me cuesta comprender el mecanismo que opera su sentido y sus conexiones vitales
pero de pronto sonrío porque una mujer desconocida me dice
‘qué le vaya bien’
la luz de la tarde desparrama celajes
llueve
a lo lejos
se enciende la selva que se hizo norte

no todo puede estar tan mal

los buitres surcan los barrancos empinados
cumplen su función multiplicadora de vida
a partir de lo que otros consideraron carroña

no todo está perdido

por su parte, la gente anhela cosas inalcanzables que son escritas con letras grandes
por algún genio hostil que intenta alejarnos de la esencia libre de las cosas

la materia multiplica sus demandas

mientras
el espíritu se convulsiona como bacterias rociadas por ácido

mi maestro japonés me explicó que teníamos una suerte limitada por nuestra impronta en el mundo

sé generosa, sugirió

entonces
yo
trataré de salir del agujero nihilista de esta tarde llorosa
subiré el volumen al graznido de mis pájaros
soñaré despierta con los tuyos
tomaré agua como el líquido vital que organiza el mundo
saldré a la calle en cabalgata de valentía
y seguro

más tarde lloverá.

3 comentarios:

Dylan Forrester dijo...

Y esto suena también como otra lluvia.

Saludos...

el árbol rojo dijo...

miss you, laurislázuli
beso

Jean Paul Castillo dijo...

Me ha gustado mucho tu poema. Es la primera vez que visito tu página y sigo aquí
Saludos...