lunes, noviembre 23, 2009


19/09/09
Tijuana, México


Luego del bar “La estrella”


recupero la textura de la vida
la que se pierde en el camino
la frontera se cierne sobre los brazos oscuros de la ciudad
el salón fraguado para el baile
revivo del pozo adolorido de los callejones psíquicos
me queman mis yemas y mis labios
el alcohol hace cascabelear la risa
los oídos están sordos
la semioscuridad dice rata y yo me escalofrío
los focos neón
la música estruendosa
noche de la noche
pasillo de hotel
emboscada de carnes
botón
mezclilla
este cuerpo, mi cuerpo, no está vencido
no soy ceniza
mis poros se abren
entierro mi mueca absorta
sonrío descaradamente
fijo mis ojos sobre tus ojos
el cuerpo maquina la humedad de las membranas
zigzaguea la piel buscando el contacto
la desesperación es madrugada
la ebriedad: ideología
este instante se hizo refugio de luz blanca
la carne borra mi espíritu
el espíritu cede a la carne
se abre el desierto y escupe dos cuerpos insomnes
rielan las dunas
a lo lejos el mar golpea minúsculas plantas
el salón el baile
mis dedos abriendo las hebras de tu pelo
yo temblando tu cuello
el espíritu se mira y vuelve en sí
el rimel corrido el rostro abierto el cuerpo abierto
el aire de la noche
el tiempo no es un cadáver
la piel aprieta en la calle Coahuila
mis labios siguen siendo labios
la frontera, mar y muro
este cuerpo, cuerpo
tiemblo
la anestesia no fue capaz de asesinar el deseo

botón
mezclilla.


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