Atrás del Palacio de Bellas Artes los trabajadores sacaron la basura.
En la arena del basural, unos pájaros y unas ratas juegan a pocos metros de distancia. Como en la vida.
El ojo humano juzgaría esta dualidad asquerosa, pero El Muchacho me
dice que las ratas también son hermosas y yo asiento.
Los pájaros siguen rebotando en el arenal y las ratas cumplen con
estoicismo su deber de alimentarse de los desechos de los hombres. Adentro del
palacio, ancianas bien ataviadas comentarán sobre el ballet y la última
exposición sin saber que en el patio de atrás los pájaros y las ratas juegan en
el mismo arenal. Como en la vida.
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